miércoles, 27 de junio de 2007

Y el Mesías era él

Sin embargo, ninguno de los dos se imaginaba que iban a cambiar las cosas. Shiele, con la cara angustiada dijo:

- Pero Matías, ¿se ha fijado usted en su curriculum?
- No -afirmó éste, extrañado.
- Mire, aquí pone que este hombre, antes de trabajar para Ana Rosa, era pastor en el Masegoso y los fines de semana se los pasaba en el karaoke de la comarca más próxima. Pero pastor de ovejas, no de cualquier cosa, y en el karaoke su canción favorita era Como una ola, de Rocío Jurado.
- No entiendo nada, Shiele. Dígame: ¿a dónde quiere llegar?.
- Muy fácil -dijo ésta, con un gesto triunfante- estas evidentes pistas sólo quieren decir una cosa, y es que usted ha errado: hemos encontrado al mismísimo Mesías.

Shiele se levantó de la mesa del despacho rápidamente y gritó:

- ¡Corra Matías! ¡No deje que se escape, por su madre!

Matías dió media vuelta y empezó a correr por los pasillos, primero por el central, intentando vislumbrar algún detalle de la persona de Hidalgo con la esperanza de que no hubiera abandonado aún el edificio. Al fondo vió girar una figura que llevaba la misma camisa y pantalón que había visto en el despacho. Como si le persiguieran los demonios, Matías dió media vuelta a la esquina y comenzó a gritar:

-¡Eh! ¡señor Hidalgo! ¡espere, por favor! ¡Ha sido todo un error!

Pero Antonio Hidalgo al ver la cara descompuesta del señor Matías, sudorosa, echando espuma por la boca, los ojos desencajados, le recordó a muchas mujeres maduras que lo habían acosado de esa manera en los descansos de "Sabor a ti", se vió presa del pánico y comenzó también a correr:

- ¡Oiga, déjeme! ¡Si yo solo venía a por el empleo! ¡No quiero nada con usted!
- ¡Espereeee! ¡Espereeeee!- gritaba Matías como un loco.

Pero era ya demasiado tarde. Hidalgo, totalmente desesperado se lanzó al vacío desde una ventana del edificio y se esfumó como el humo. De vuelta al despacho de Shiele, le explicó lo sucedido, ante lo cual ella, con tono amenazante dijo:

- Encuéntrele. A partir de ahora es usted el único responsable.

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