sábado, 29 de diciembre de 2007

Canto al amor del hombre

Y el hombre nuevo, embriagado de un irrepimible deseo de ser guay, de sembrar lo guay, de hacer guays a los demás y de eliminar aquello que pudiera enmalrollecer su obra, reunió lo mejor de sí mismo y logró que sus aliados y felices servidores construyeran un mundo mejor:

¡un mundo más guay!